jueves, 3 de febrero de 2011

"Que se vayan todos"

Que se vayan todos



Al final del gobierno de Fernando de la Rua en Argentina, esa frase sintetizaba el estado de ánimo de la población ante lo que era una inoperancia clara del  Poder Ejecutivo pero que el saber popular extendía a otros actores fundamentales del quehacer público. De ahí el “todos”. Pues bien, en nuestro país hoy debemos enfáticamente decir “ Que se vayan todos”, pero acotado a quienes tienen bajo su responsabilidad administrar y conducir la educación  en todos sus niveles. No se puede aceptar que  la actual Subsecretaria de Educación, que fue la Ministro en el período anterior, se quede un minuto más en su cargo. Su irresponsabilidad es tan mayúscula que sólo se recuerda de ella dos cosas: a) que todo estaba maravillosamente bien en la educación según su apreciación, y b) que llegó a la poco digna situación de “agarrarse tan fuerte al carguito” que terminó aceptando su “degradación” con tal de quedarse ahí.
Sólo hay una opción para quien condujo en forma desastrosa la educación y que inventa “chicanas” para disimular su inoperancia (hay que diseñar pruebas específicas para Uruguay…así nos dan buenos resultados!): que se vaya y ya.
El Sr. Ministro Erlich debe irse por un simple problema de honradez intelectual. Pero reconozcamos la evidencia; es difícil pedirle honradez intelectual a alguien que parece que ha abdicado de ella hace tiempo. El Sr. Ministro tiene una larga trayectoria como investigador (y militante, que no es secundario en este caso…) por lo que lo menos que se puede pensar de él es… que es “zonzo”. Sin embargo, durante su gestión como Intendente se reveló como un total incapaz. Hizo viajes al exterior absolutamente innecesarios, gastó dineros públicos en boberías, no solucionó uno sólo de los problemas de Montevideo, en cada discurso que escuché de él, no importó cual fuera la circunstancia, jamás mostró ni siquiera un conocimiento superficial del tema en cuestión siendo todos ellos un fárrago de lugares comunes.Pero cuidado: será indolente, será perezoso, pero zonzo no, por lo que es responsable absoluto de sus actos. Ahora bien; su pasado lo condena pues  si a casi un año de haber asumido como Ministro ( y a más de un año de saber que lo sería), se acaba de enterar de que tenemos problemas graves en nuestra educación es simplemente por ineptitud o por no haberse aplicado a su trabajo. En ambos casos la conducta adecuada a asumir frente a él sería: gracias por los servicios no prestados y vaya para su casa. Bien por  Mujica que lo sacó del intento re-eleccionista para no arriesgar al FA a perder la Intendencia ya que él, que no es nada tonto, sabía perfectamente que Erlich era sinónimo de incompetencia ( para Tirios y Troyanos). Ahora bien, ya está a salvo ( a salvo?) la Intendencia por lo que sólo  resta sacarlo del ministerio, porque su permanencia es una afrenta que el pueblo uruguayo no merece, porque es una mancha que el Sr. Presidente no se merece, porque es el colmo de la desvergüenza que un Ministro demore un año en darse cuenta que tenemos un problema de gravedad extrema en su área específica y no haya movido un dedo para solucionarlo. Y los dedos que movió lo hizo en sentido contrario a lo que la mayoría de los ciudadanos,  con nuestro Presidente a la cabeza, reclamamos: educación de calidad para que de una vez por todas se termine con la atroz desigualdad  de oportunidades entre los uruguayos.
Igual suerte debería correr el Sr Director de Educación del Ministerio, Maestro Garibaldi ya que es cómplice junto a la Ing. Simón , a quien acompañó durante su gestión, de no haber hecho nada que significara una mejora sustantiva para la educación.
Capítulo aparte merecen los representantes gremiales en los órganos de dirección de la enseñanza. Las cualidades necesarias para ser un buen gremialista y más aun un buen dirigente gremial no tienen ninguna relación con las requeridas para proponer políticas educativas o administrar un sistema educativo. Es más, se puede asegurar que son antagónicas. En efecto, es un dirigente gremial eficaz aquel que logra interpretar los interese particulares del gremio al que pertenece y que logra, en la negociación o en la lucha, las mejores condiciones de trabajo para los integrantes del gremio.
No hay razón alguna para aventurar que una mejora de la enseñanza que lo sea para quienes está destinada ( los alumnos, o “educandos”, como dicen en la jerga…) conlleve en forma automática una mejora en las condiciones de trabajo de los “educadores”; más bien hay que pensar en lo contrario: un avance efectivo en la educación en nuestro país será una pérdida de privilegios para los gremios de la enseñanza (nótese que usé el término privilegio). Ni a los maestros ni a los profesores les gusta que los examinen. Sin embargo esto es fundamental hacerlo con rigor y asiduidad para mejorar la enseñanza ya que es notorio que están  dando clases una cantidad de docentes no capacitados para hacerlo. Hay que apartarlos del cargo de inmediato y que vuelvan a dar clase cuando estén capacitados. Sostener cualquier otra tesitura es lisa y llanamente (sin atenuante  ni justificación alguna) poner los intereses corporativos de los profesores o maestros por encima de los intereses de los ciudadanos. Y ese es sólo un aspecto. Para no hacerlo largo: alguien está dispuesto a ser atendido por un médico que no está apto para el ejercicio profesional? Bien; el caso de la enseñanza es igual: si el profesor/maestro no está debidamente capacitado el estudiante ( no el profesor, no el maestro, no el ministro, no los burócratas) será severamente perjudicado ( no uso “severamente” porque sí). Lo insólito es que  Finlandia, uno de los países con mejor calidad de vida del mundo, Singapur, un país diminuto pero que ha progresado en forma asombrosa, etc. sí toman como parámetro estas pruebas. Las autoridades de la Enseñanza en Uruguay no.Peor todavía: el "capo" ( el Ministro) recién ahora ( un año tarde) toma nota de la situación, (la Subsecretaria no le da importancia a eso porque esas pruebas hay que adaptarlas al Uruguay donde en vez de matemática, en las clases de matemática parece que se enseña "solidaridad").
Cuando un gremio tiene el ausentismo que tiene el gremio docente el principal problema no es el presupuesto y no es que las pruebas internacionales estén mal diseñadas, eso es clarísimo. Y ni que hablar de que no se puede admitir que un jerarca de la Enseñanza diga, defendiendo lo indefendible, que lo que pasa es que “aquí les enseñamos solidaridad”. ¿Qué clase de solidaridad es condenar a los pobres a la ignorancia? Pues ese es el resultado que arroja la medida objetiva del aprendizaje en nuestro país: los más perjudicados ( los que menos aprendieron) son los pobres.
Hay una larga, ardua, impostergable, imprescindible tarea para cambiar el rumbo de la enseñanza y debe comenzarse sin pérdida de tiempo.
Resumo: Sr. Presidente, échelos ya. Todavía está a tiempo. Si no lo hace, ellos son  quienes se encargarán de que la enseñanza no avance un milímetro, aunque sean de su propio partido, donde por otra parte, sí hay gente que podría hacer bien la tarea ( y en los otros partidos también).
Por favor Sr. Presidente, esto no es para andar dando vueltas, se lo pido con todo respeto ( cualquiera sabe que no estoy en contra suyo): ejerza.

1 comentario:

  1. Estimado coblogger: Mientras leía con interés su artículo, cada vez descubría más coincidencias conceptuales. Al final cuando duda de la solidaridad uruguaya al condenar a los jóvenes a la ignorancia, repite mis mismas palabras. El problema, para mí, es que su blog, si bien lo leo recién hoy, usted lo publicó antes que el mío. Así que le pido disculpas, y le aseguro que no es plagio, es sólo una verdad que rompe los ojos. Reciba mis afectuosos saludos.

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