Más allá de a qué partido pertenezcamos, sin duda el FA tiene una enorme gravitación en la definición de lo que será nuestro país en los próximos años. Aquí están analizados algunos aspectos sobre los que había alertado en "Y dónde está el piloto ?".
La palabra de Fernández Huidobro es, huelga decirlo, por muchísimas razones más autorizada que la mía. Aunque coincidente.
"Descartables
La renuncia del compañero Gonzalo Fernández me provocó un gran alivio (hablo en términos estrictamente personales). Como el que se siente cuando cesa la tortura.
El duelo por el linchamiento asestado ya lo habíamos asimilado. Pero la sádica insistencia, prolongada en el tiempo, más injustificada e inútil todavía, tocó colmos raras veces vistos. Y no ha sido la única, ni tal vez la última.
Hay además una falsedad que por muy repetida, anda vestida y gesticulando con seda como la mona: "Todos somos iguales y nadie es imprescindible" (Biblioteca Nacional). Viejo grito de la burocracia.
Ideología de su dominio y, allí donde copó el Poder, santa frase de los pelotones que fusilaron a los revolucionarios.
Sin embargo, actualmente adquiere otros contenidos que le agregarían: "y todos somos descartables".
Porque, como al decir de Rubio en la Fundación Vivián Trías ("Perspectivas del Socialismo"), el "modelo" actual de superconsumo, no sólo ha diseñado productos de baja duración y aún descartables, sino que ha extendido ese concepto a las relaciones humanas.
Para el capitalismo contemporáneo los seres humanos somos, también, material descartable. Y eso, que vemos en muchos otros órdenes de la sociedad, podemos observarlo también en la vida política.
De allí ya venía aquello de los "aliados tácticos", de los "compañeros de ruta más o menos pasajeros", cuando no de los lisa y llanamente estúpidos a quienes utilizamos y que, en realidad, son todos los demás.
Y también aquello que tantísimo daño causó y tantos crímenes quiso justificar: "la Organización está por encima del militante".
Por lo general los más grandes revolucionarios de la Historia fueron torturados y asesinados en base a esa "idea".
El estilo, la manera, los procedimientos, las maniobras al respecto, son como "de Manual" de tan conocidas.
Por más que se hable de las soluciones a la crisis que sufre el Frente Amplio (no de ahora sino desde hace un tiempo), será imposible encontrar alguna sin reconocer ese rasgo del diagnóstico. Sea por descuido o por temor a la discusión.
La Mesa Política se compone con 14 delegados por los Sectores políticos, 12 por las Bases, más el Presidente y el Vicepresidente.
El Plenario Nacional con 84 por los sectores Políticos y 84 por las Bases.
En el Congreso la relación empeora para los Sectores Políticos.
El Estatuto vigente requiere cuatro quintos de los votos del Plenario para ser modificado y, luego, dicho cambio ser refrendado por el Congreso.
Establece además, taxativamente, que no hay otro mecanismo (ni tan siquiera el plebiscito interno).
La estructura organizativa está aherrojada.
El Partido Político más poderoso, por lejos, del Frente Amplio, es la Representación de las Bases.
Una de las militancias más apetecidas entonces ha sido y es aquella destinada a elegir los delegados de tal Representación. Se trata de una militancia interna (o internista), muchas veces feroz, que, entre otras cosas ha ido expulsando a la militancia de los Comités de Base.
Y hace bien poco, a sus votantes de las urnas. No tanto por coerción directa cuanto por la indirecta que emana del espectáculo ofrecido. El copamiento ha sido redondo para el corto plazo pero destructivo y suicida. Típicamente burocrático: como de Manual.
Se acostumbra decir, incluso en tono acusatorio y desafiante, que "los demás" deberían volver a concurrir a esas insalubres batallas anaerobias tanto para agrandarlas cuanto para ocupar su principal tiempo en ellas. Es decir: asimilarse. Aceptar con el error, una gruesa desviación: colocar la lucha por el Poder Interno en el centro.
La usurpación como modelo. Lo de siempre."
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